Cada vez se hace más frecuente en los centros de fisioterapia pacientes que acuden dolor cervical de reciente aparición o poco tiempo de evolución aquejándose de “contracturas” y/o tensión en el área del cuello además de presentar la sensación de que lo tienen “muy cargado”.

El dolor cervical es una de las principales causas de baja laboral en adultos por detrás del dolor lumbar y además se está convirtiendo en una afectación que aumenta cada año su incidencia y a un nivel más rápido en población joven adolescente.

La evidencia sugiere que en la última década la incidencia en jóvenes de entre 15 y 20 años ha aumentado hasta un 30% y de éstos, la mitad reportan un porcentaje alto de discapacidad en sus actividades lectivas y una pérdida de la calidad de sueño.

Entre los principales factores de riesgo asociados al dolor de cuello inespecífico se destacan el tabaquismo, obesidad, problemas de sueño, sedentarismo, genética, insatisfación laboral, poco apoyo en el lugar de trabajo y por último ¿situaciones de estrés psicológico? Y si, esto último entre interrogaciones ya que se ha observado una relación entre estrés y dolor de cuello crónico pero la evidencia no ha podido afirmar que el estrés sea un factor de riesgo predictivo de dolor crónico cervical localizado o irradiado. El estrés no nos tensa el trapecio, ni nos hace un nudo windsor con sus fibras musculares.

Dentro de este contexto ¿qué podemos hacer para combatir el dolor cervical más allá del tratamiento farmacológico habitual? ¿Cuáles son las opciones de tratamiento más actuales apoyadas por la evidencia científica para tratar el dolor inespecífico de cuello?

Normalmente la tónica habitual ha sido la del paciente que se entrega con total pasividad a los tratamientos manuales del fisiotearapeuta, pero las últimas investigaciones os dan a vosotros (los pacientes) un papel mucho más protagonista en los tratamientos siempre supervisados por un profesional y os otorgan herramientas para que forméis parte activa en vuestra recuperación.

¿Y qué nos dice la evidencia actual?

• La evidencia siempre apoya por su ausencia de efectos perjudiciales el uso de ejercicio terapéutico para dolor de cuello inespecífico en fase aguda y crónica. Además el ejercicio guiado parece ser el más efectivo sobre todo a largo plazo.
• El tratamiento de mayor éxito es el uso de terapias manuales combinadas con ejercicio físico. La terapia manual por sí sola (tratamiento pasivo) no es tan efectivo como cuando se combina con ejercicio físico supervisado y educación en dolor y estrategias de terapia cognitivo conductuales.
• Las técnicas manuales de movilización y tejidos blandos no son necesarias aplicarlas en fase aguda para mejorar el dolor y la función de la zona cervical, el ejercicio pautado parece ser una mejor opción en esta fase.
• En las últimas investigaciones se ha demostrado que la educación sobre neurociencia y neurofisiología del dolor tienen efectos positivos sobre el dolor, la discapacidad, el catastrofismo y la función física.

En definitiva, debemos abandonar la creencia de que tenemos que ponernos en manos de nuestro terapeuta para que él nos quite el dolor de cuello y pasar a ser parte activa de nuestra recuperación, empezando a ser conscientes de nuestro papel y demandar también a los profesionales sanitarios que estudien vuestro caso individualizado y os propongan una variedad de herramientas que podéis llevar a cabo siempre adaptado a cada situación de vuestro dolor y/o afectación.

La inmensa variedad de factores que intervienen en la aparición de dolor inespecífico de cuello es un tema que podría abordarse en cientos de entradas de blog y nunca sería igual para cada persona, ya que es una experiencia subjetiva individual; pasando por problemas biomecánicos hasta déficits de fuerza o procesamiento erróneo por parte del cerebro de la experiencia dolorosa por mencionar algunos…

Por eso, desde InMuv os mencionamos en esta entrada algunas de las herramientas y opciones de tratamiento más actuales que existen para el dolor de cuello (sin causa aparente que lo sustente) que seguimos en nuestro centro como modo de trabajo y siempre os animamos a que si pasáis por una situación similar no dudéis en consultar a vuestro profesional sanitario de referencia (fisioterapeuta, médico, educador físico…) que pueda estudiar vuestro caso y elegir la opción más individualizada adaptada a ti para acabar con tu dolencia.