Una de las estrategias clave para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares es la práctica de actividad física. Realizar ejercicio moderado, evitando de esta manera el sedentarismo, es un hábito de vida cardiosaludable, capaz de evitar el desarrollo de patologías cardiovasculares.
Controlar los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, tabaquismo y sedentarismo) es la mejor estrategia de prevención. En este sentido, además del control de estos factores resulta primordial la adopción de hábitos de vida saludables, entre los que la práctica de ejercicio es fundamental, ya que no sólo mejora el estado de salud, sino que evita la aparición de enfermedades.
A continuación resumiremos algunas de los beneficios más comunes encontrados en la literatura y expondremos un cuadro resumen de los beneficios del ejercicio físico según diversas publicaciones (referenciadas al final del artículo):
Mejora de las funciones del corazón
Tras realizar una revisión de la literatura científica existente, encontramos que el ejercicio podría aumentar el diámetro y la elasticidad de las arterias coronarias, mejorar la función del endotelio para optimizar la estructura y la función de las arterias coronarias, facilitar el establecimiento de la circulación colateral coronaria, compensar la adaptación de la irrigación sanguínea mejorada para las arterias coronarias y estabilizar los coágulos de las arterias coronarias.
Aumentar la capacidad de ejercicio
El ejercicio, en especial el ejercicio aeróbico, es fundamental para aumentar la tolerancia al ejercicio cardiopulmonar y mejorar la función cardiovascular en pacientes con patología cardiaca. Con una mejor tolerancia al ejercicio, la calidad de vida será mejor al mismo tiempo para que las personas mayores puedan realizar las actividades de la vida diaria de manera independiente, lo cual es de vital importancia para el mejoramiento de la psicología de los ancianos y la liberación de la presión. Sobre la familia y toda la sociedad.
Adaptaciones estructurales de los tejidos
Se han encontrado adaptaciones estructurales y metabólicas, aumento en la densidad capilar proporcional al engrosamiento de la pared del miocardio, aumento del calibre de los vasos coronarios, especialmente de su capacidad de vasodilatación, y aumento de la permeabilidad capilar. Todas ellas van dirigidas a mantener una adecuada perfusión miocárdica durante la práctica del ejercicio físico para facilitar el riego sanguíneo del músculo cardiaco. En pacientes con enfermedad coronaria, el entrenamiento físico mejora la función endotelial de los vasos coronarios epicárdicos y los vasos de resistencia.
Reducir los factores de riesgo de infarto.
Los factores de riesgo comunes de la infarto son el tabaquismo, la hipertensión, los niveles anormales de lípidos, la obesidad y la diabetes. Muchas investigaciones demostraron que el ejercicio aeróbico y la actividad física regular pueden reducir moderadamente la masa corporal y el contenido de grasa corporal.
Reducir la tasa de incidencia, la complicación, la tasa de recurrencia, la mortalidad por patología cardiaca.
Numerosas investigaciones encontradas demostraron que el programa de rehabilitación cardíaca con entrenamiento con ejercicios puede retrasar todo el progreso del desarrollo de la aterosclerosis y, por lo tanto, reducir la morbilidad y la tasa de hospitalización de los eventos de isquemia aguda de las arterias coronarias y la tasa de riesgo de muerte súbita en pacientes con patología cardiaca.
Beneficios del entrenamiento específico de la resistencia
El entrenamiento propio de los deportes con predominio del ejercicio dinámico y de resistencia induce adaptaciones morfológicas y funcionales cardiovasculares: disminución de la frecuencia cardiaca, aumento del volumen de las cavidades y del grosor de los espesores parietales, incremento del volumen sistólico y aumento de la densidad capilar miocárdica (número de capilares por miofibrilla) y de su capacidad de dilatación. Los estudios realizados en deportistas de diferentes especialidades respaldan el concepto de un único tipo de hipertrofia, y han hallado un mayor incremento de la masa ventricular izquierda en los deportes de resistencia que en los de potencia.
Bibliografía consultada
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Esta entrada ha sido realizada por Joaquín de Lara Paredes.
Buenas tardes, llevo toda mi vida haciendo deporte y a día de hoy unos 21 años aproximadamente de carrera continua. He practicado fútbol, spinning, y sobre todo running. He tenido dos episodios de arritmia paroxística una en 2017 y la última éste septiembre. Iría relacionado con la práctica de ejercicio? Gracias un saludo.
Hola Álvaro, en primer lugar agradecerte tu interés en nuestra publicación. No es normal que este tipo de arritmias se deba al ejercicio. Te recomendamos que consultes con un cardiólogo para que te haga un estudio pormenorizado que permita conocer si existe o no otro tipo de problema asociado.