El Entrenamiento de Fuerza en Pacientes con Parkinson.

Por Antonio Ramón Parrilla.

En relación con las personas de la misma edad, los pacientes que sufren Parkinson experimentan una reducción evidente en los niveles de fuerza y de potencia (Chung, 2016). Tal y como nos muestra la literatura científica, éste déficit de fuerza se asocia con un menor rendimiento funcional de la persona, menor velocidad de marcha, menor control postural, menor percepción del equilibrio, y un mayor riesgo de caídas (Mak, 2012). Además, hay que destacar que las personas con enfermedad de Parkinson tienen una densidad mineral ósea menor que sus homólogos de la misma edad, y tienen un mayor riesgo de fractura de cadera (Sato, 2001).

Si bien se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza, ya sea con el propio peso o con implementos, produce mejoras en el equilibrio y las capacidades funcionales en adultos mayores sanos (Kraemer, 2002), estudios recientes han examinado la eficacia de este tipo de entrenamiento en pacientes con Parkinson e informaron resultados prometedores (Chung, 2016).

Tal y como se muestra en el trabajo de Chung (2016), el entrenamiento de fuerza, estructurado y progresivo:

  1. Intensidad moderada
  2. 2-3 veces por semana
  3. Durante, al menos, 8-10 semanas.

 

Puede resultar en un aumento significativo de la fuerza, el equilibrio y los síntomas motores en personas con enfermedad de Parkinson en una fase de detección temprana o moderada en el tiempo. Pese a ello, en este trabajo no se encontraron mejoras significativas en la velocidad de la marcha. Sin embargo, otros estudios como la revisión sistemática llevado a cabo por Lima (2013), sí muestra claras mejorías en ese sentido.

Por otro lado, estos pacientes muestran una alteración en cuanto a las habilidades o destrezas manuales (Foki, 2016). Dicha discapacidad conduce a dificultades en las actividades de la vida diaria que requieren habilidades motoras finas, como abrocharse la camisa o escribir a mano, y por lo tanto, contribuye a aumentar la carga de la enfermedad. Varios autores sugieren que un trastorno “apráxico”, llamado «apraxia cinética de las extremidades», puede contribuir significativamente a los déficits en las habilidades de motricidad fina observados en pacientes con Parkinson (Foki, 2016), sin bien las causas no están del todo claras.

En el estudio de Vanbellingen (2017) se analizó la repercusión que un tratamiento de fuerza con bandas elásticas en casa podía tener en los pacientes con Parkinson en cuanto a la motricidad fina. Los pacientes fueron instruidos a distancia, mediante un manual con fotografías y a través de llamadas telefónicas en cómo debían realizar los ejercicios. El entrenamiento consistía en:

  1. 5 días por semana
  2. 30 minutos cada día
  3. Durante 4 semanas.
  4. Todos los ejercicios se realizaron con ambas manos

El programa de fuerza con bandas elásticas fue conceptualizado para enfocarse en componentes clave de las habilidades motoras o destreza manual (motricidad fina) (Teremetz, 2015):

  1. Agarre de precisión al levantar objetos pequeños
  2. Independencia de los dedos, es decir, la capacidad de mover los dedos selectivamente
  3. coordinación de los dedos, es decir, la capacidad de sincronizar los movimientos de los dedos
  4. Rendimiento en la secuencia motora, es decir, poder activar los dedos en una secuencia temporal.

Los resultados fueron un éxito, ya que se consiguieron mejoras en todos los parámetros medidos.

Queda por tanto de sobra demostrado la necesidad del entrenamiento de fuerza en pacientes con Parkinson. Aunque hay que recordar que el sprectum de la fuerza es muy amplio, por lo que no debemos asociar entrenamiento de fuerza a tareas necesariamente complejas, con pesas, barras o discos. Desde INMUV abogamos por una evaluación individualizada del caso, su posterior análisis y el desarrollo último de propuestas concretas y personalizadas.

Recomendaciones generales para pacientes con Parkinson:

  • Entrena al menos 3 días en semana
  • Sesiones de 30 a 45 minutos
  • Intensidad Moderada o alta (bajo supervisión profesional)
  • Mantén una continuidad mínima de 3 meses para ver resultados significativos
  • Trabaja alternando grupos musculares de miembros inferiores y superiores
  • Trabaja en la medida de los posible de forma unilateral (primero un miembro, luego el otro)

Ya sea de forma presencial, como online (a distancia), no dudes en contactar con el equipo de profesionales de INMUV ante cualquier duda. Un equipo altamente cualificado pensado para cuidar de ti.

 

Referencias Bibliográficas.

Vanbellingen, T., Nyffeler, T., Nigg, J., Janssens, J., Hoppe, J., Nef, T., … & Bohlhalter, S. (2017). Home based training for dexterity in Parkinson’s disease: a randomized controlled trial. Parkinsonism & related disorders, 41, 92-98.

Chung, C. L. H., Thilarajah, S., & Tan, D. (2016). Effectiveness of resistance training on muscle strength and physical function in people with Parkinson’s disease: a systematic review and meta-analysis. Clinical rehabilitation, 30(1), 11-23.

Mak MKY, Pang MYC and Mok V. Gait difficulty, postural instability, and muscle weakness are associated with fear of falling in people with Parkinson’s disease. Parkinsons Dis 2012: 1–5.

Kraemer WJ, Adams K, Cafarelli E, et al. American College of Sports Medicine position stand. Progression models in resistance training for healthy adults. Med Sci Sports Exerc 2002; 34: 364–380.

Sato Y, Kaji M, Tsuru T, et al. Risk factors for hip fracture among elderly patients with Parkinson’s disease. J Neurol Sci 2001; 182: 89–93

Térémetz, M., Colle, F., Hamdoun, S., Maier, M. A., & Lindberg, P. G. (2015). A novel method for the quantification of key components of manual dexterity after stroke. Journal of neuroengineering and rehabilitation, 12(1), 64.

Foki, T., Vanbellingen, T., Lungu, C., Pirker, W., Bohlhalter, S., Nyffeler, T., … & Hallett, M. (2016). Limb‐kinetic apraxia affects activities of daily living in Parkinson’s disease: a multi‐center study. European journal of neurology, 23(8), 1301-1307.

Lima LO, Scianni A and Rodrigues-de-Paula F. Progressive resistance exercise improves strength and physical performance in people with mild to moderate Parkinson’s disease: a systematic review. J physiother 2013; 59: 7–13