¿Qué es?
La definición de Pie Equino (PEV) hace referencia a la incapacidad de llegar a los 100º de dorsi-flexión a través de la articulación tibioperoneoastragalina de forma activa.
¿A qué se debe?
Esta limitación puede estar íntimamente relacionada con la estructura ósea, por acortamiento de la musculatura posterior de la extremidad inferior (EEII), tríceps sural (gastrocnemio, sóleo y/o músculo plantaris) o por un factor neurológico.
¿Cuál es su origen?
La figura 1 muestra un resumen del posible origen de esta patología. De toda esta clasificación, nos centraremos en el PEV adquirido de causa neurológica ya que es el motivo de consulta de nuestra paciente en la sesión clínica que nos ocupa.
El nervio ciático forma parte del plexo sacro (L4-S4) y es el nervio más grande del cuerpo humano. Este nervio recibe aportaciones desde la rama ventral a nivel de L4-S3 y sale del plexo sacro a través de la escotadura ciática mayor bajando por detrás del músculo piramidal. La división posterior de la rama ventral en su parte distal, forma el nervio peroneo común, que es un nervio mixto (sensitivo y motor), inervando los músculos dorsiflexores de los dedos y los eversores y dorsiflexores del tobillo, además de la cabeza corta del bíceps femoral.
La división anterior de la rama ventral inerva los otros tendones y forma el nervio tibial. Esta división del nervio ciático en nervio peroneo común y nervio tibial, se realiza a nivel de la fosa poplítea.
El nervio peroneo común pasa a través de la porción lateral del músculo gastrocnemio. Este nervio se encarga de inervar la cara lateral de la pierna por debajo de la articulación de la rodilla. En la zona distal de la cabeza del peroné, este nervio se hace profundo, continuando entre el peroné y el músculo peroneo lateral largo. En este punto se bifurca en dos principales ramas que dan lugar al nervio peroneo profundo y al nervio peroneo superficial. La lesión del nervio ciático produce una disfunción del nervio peroneo común que es la causa más frecuente de mononeuropatía de los MMII en la edad adulta.
¿Qué podemos hacer al respecto?
La estrategia de tratamiento óptimo e ideal del pie equino-varo ha sido una cuestión de debate desde hace cientos de años existiendo controversia en cuanto a su manejo quirúrgico o conservador. El tratamiento del PEV irá encaminado a conseguir un pie plantígrado, funcional y libre de dolor para que el paciente pueda llevar una vida lo más normal posible.
El objetivo también será corregir la deformidad con una mínima pérdida de movilidad y longitud de MMII.
El pie quedará visualmente estético y no requiere de un zapato o de una plantilla ortopédicos hasta que se complete el tratamiento. No se conseguirá un pie totalmente normal, importante aspecto que habrá que avisar al paciente.
El procedimiento más utilizado es el conservador, combinando el punto de vista podológico con el fisioterapéutico con el objetivo de conseguir los 10º mínimos de dorsi-flexión.
Si este no fuese suficiente, se realizaría una intervención quirúrgica de alargamiento del tendón de Aquiles.
PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
Os mostramos a continuación una propuesta de trabajo realizada por nuestra fisioterapeuta Marta Jiménez para esta patología:
Propuesta de Ejercicios:
Bibliografía
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