¿Entrenas tu inteligencia motora?
Por Joaquín de Lara
Tiempo de lectura 4 min
Todavía me acuerdo el primer día que cogí el coche después de sacarme el carnet de conducir. Ese día me monté en el coche, puse el gps y partí dirección a clase. Durante todo el camino, como cual muñeco de Lego, mi mirada no se apartaba de la carretera y mis brazos agarraban el volante como si me lo fueran a robar (como el chico de la foto).
La tensión me recorría desde los dedos de los pies hasta la coronilla. Además para colmo me topé con el típico atasco mañanero. Cuando aparqué a duras penas y me bajé del coche tuve la sensación de haber corrido una maratón (y eso que no he corrido ninguna por ahora).
Con el paso de los días las sensaciones cambiaban, cada vez me sentía mas cómodo, fluido y menos cansado al salir del coche. Uno de los días, harto del mismo atasco de siempre tiré el gps por la ventana (no literal) y me atreví a investigar tirando por otro camino, con la grata sorpresa que llegué a mi objetivo 15 minutos antes que cualquier día normal. Otro día el nuevo atajo estaba en obras y tuve que improvisar de nuevo. Esta vez llegué 2 minutos antes que lo que llegaba por el atajo (los minutos de sueño por la mañana están muy cotizados). Después de un tiempo ya tenía en mi repertorio una gran cantidad de caminos posibles para llegar.
Bueno, ¿y toda esta historia que tiene que ver con la inteligencia motora y con el entrenamiento?
En la vida nos encontramos un sinfín de problemas que debemos solucionar. En el entrenamiento ocurre lo mismo. Cuando pruebas por primera vez un ejercicio/movimiento (por ejemplo realizar un Lunge o zancada hacia atrás con el objetivo de entrenar tu capacidad de coger algo del suelo), ¿a que te sientes como yo el primer día que cogí el coche? Seguramente acabarías mas cansado/a la primera que cuando lo realizaste por décima vez.
A medida que entrenas un movimiento tu cuerpo se da cuenta de que no hay ningún peligro y manda señales desde tu sistema nervioso hasta tus músculos y articulaciones para que estos se relajen. Esto nos ayuda a ser mas eficiente a medida que entrenamos. Además el entrenar distintas variantes de ese movimiento permitirá que nuestro “repertorio de movimientos” para resolver dificultades con eficiencia y eficacia crezca. Esto nos servirá para cuando nos encontremos con distintos problemas en nuestro día a día podamos encontrar distintos caminos y soluciones para resolverlos, al igual que yo encontré otros atajos para llegar a clase (y con los que gané bastantes horas de sueño al mes).
Pues a esta habilidad para encontrar una solución motriz a los diferentes problemas motrices que nos encontramos la llamamos INTELIGENCIA MOTORA. Esta es esencial para nuestro día a día.
El problema es que con frecuencia, cuando entrenamos nos encontramos con programas de entrenamientos monótonos y que no desarrollan para nada esa capacidad exploratoria de nuevos movimientos, con lo que acabamos teniendo poquitos “atajos” para resolver estos problemas.
Por ello os doy un consejo a la hora de programa tu entrenamiento poder desarrollar tu inteligencia motora:
“No tengas miedo a salirte de lo que controlas y explora tus distintas posibilidades de movimiento. Dale un extra de variabilidad a tus ejercicios cuando veas y percibas que los dominas”.
De este modo estarás mucho más preparado/a para resolver eficaz y eficientemente los innumerables problemas motrices que te encontrarás en tu día a día.
Imagínate que solo conocieras solo un camino para ir a clase o a trabajar. ¿Qué pasará si un día ese camino está cortado? Tú decides si eres de los que se dan la vuelta cuando se encuentran una dificultad o de los que exploran nuevas posibilidades de llegar a sus objetivos y de resolver los problemas que te plantea la vida.
Entrena tu Inteligencia Motora. Entrena para la vida.
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