¿Cómo readaptamos en InMuv una rotura completa de tendón de Aquiles?

El caso de David.

Por nuestro Educador Físico Joaquín de Lara Paredes.

En nuestra entrada de blog de hoy os presentamos un caso real sobre la readaptación de una rotura del tendón de Aquiles, desde el momento en el que entró a nuestro centro hasta que se marchó (resumiendo lo máximo posible estos 5 meses).

 

DIA 1 (Valoración)

Un día a mediados de septiembre (el 19 si no recuerdo mal) un hombre de mediana edad llamó a nuestro timbre. Uno de los entrenadores salió a recibirle con una sonrisa y le invitó a que tomara asiento mientras Joaquín (yo), responsable de valorarlo, terminaba la sesión de entrenamiento.

Una vez que finalicé la sesión con mi alumno, fui a recibir a David y le invité a que entrara en uno de los box que tenemos allí en el centro para realizar las valoraciones.

Cuando nos sentamos cómodamente y tras coger algunos datos iniciales, David comenzó a hablar. En ese momento me callé, solo me dediqué a escuchar a la persona y de vez en cuando a seguir enlazando preguntas para obtener la mayor información sobre David.

  • ¿Cómo ocurrió David?
  • Pues estaba jugando un partido de fútbol de la liga de empresas, y tras una aceleración noté que algo había ido mal.
  • ¿Pareció como si alguien te hubiera dado una pedrada no?
  • Además ya notaba anteriormente que la zona del tendón de Aquiles se me cargaba demasiado.

La escucha activa es esencial en las valoraciones, porque a veces nos encontramos que detalles que la persona no pensaba que eran significantes y que te las nombra casi pasándolos por alto, puede darte pistas importantes para encontrar la causa del problema.

Seguí indagando sobre sus lesiones previas, estilo de vida que llevaba antes y después de la lesión, cómo le había afectado, en qué medida le limitaba diariamente en su día a día… Para nosotros, la parte mas importante de las valoraciones es esta, por eso es en la que invertimos mas tiempo, más incluso que en la valoración física.

Tras esta primera parte de la valoración, pasamos a la sala de entrenamiento para ver de dónde partía.

¿Qué vimos en la valoración física? (Además del pedazo de cicatriz que tenía en la pantorrilla derecha)

Como era de esperar observamos una movilidad de tobillo muy reducida (con esfuerzo lograba pasar de los 0º), caída del navicular (o del puente del pie) en estático y en dinámico, nulo control para amortiguar su propio peso a la hora de bajar obstáculos, Dolor 5 en la escala EVA en la extensión de tobillo, poca estabilidad estática y dinámica, patrón de reclutamiento alterado en cadena posterior, poco control motor general/ coordinación (no tenía mucha experiencia en entrenamiento de fuerza) y déficit de fuerza en la extensión de tobillo (apenas levantaba el talón 2 dedos del suelo).

Entre otras cosas, presentaba dolor de espalda con frecuencia (normal cuando pasas 8 horas sentado y con una carga de trabajo elevada) y poca resistencia general a la fatiga.

Una vez que terminamos la valoración, ¿creéis que se le dijo todas estas cosas que vimos? (teniendo en cuenta que a nadie le gusta escuchar lo mal que está o que hace algo).

En ABSOLUTO. Se estableció unos objetivos y se le comentó muy por encima qué podríamos mejorar y cómo.

(Dato: No es necesario sobresaturar a la persona de información ni decirle lo mal que está, simplemente muéstrale que tú eres la persona indicada para ayudarle a conseguir su objetivo, en este caso, volver a rendir en su día a día).

Pues nos pusimos MANOS A LA OBRA.

El Proceso.

Con el objetivo de David en mente (conseguir una óptima recuperación de su tendón) y con los míos apuntados en papel, empezamos el proceso.

En la “primera fase” comenzamos a introducir a David en el mundo del entrenamiento. Comenzamos tumbados en el suelo, aprendiendo a respirar correctamente para lograr una mayor eficiencia y estabilidad entre otras cosas. Empezamos a despertar a esa musculatura extrínseca e intrínseca del pie que estaba dormida. Acabó harto del boli de InMuv, el cual le colocaba debajo de la bóveda plantar y le pedía que no lo pisase. Por supuesto que acabé regalándole uno para que se siguiera acordando en casa. También aprendió a realizar una buena disociación-lumbopélvica.

El trabajo de movilidad de tobillo era, como decíamos nosotros, su padre nuestro de cada día, no podía faltar en ninguna sesión. Empezamos trabajando isométricos en MMII para reducir su dolor y permitir mayor posibilidad de movimiento sin dolor durante la sesión. Además introducimos extensiones controladas de tobillo sin carga y a velocidad lenta. Algunas veces utilicé como herramienta el metrónomo, porque además de desviar su atención al sonido, se ha comprobado sus beneficios a nivel cortical cuando se introduce en ejercicios.

squat en pared

A medida que iba mejorando sus niveles de fuerza, movilidad, confianza y dolor, fuimos introduciendo trabajo de recepciones de bajo impacto en el plano sagital, para posteriormente introducir el plano frontal (recepciones laterales) y por último el transversal (rotaciones). Al igual que acabó harto del boli de InMuv, también acabó harto de robar bancos (no literalmente) porque el objetivo era hacer el menor ruido posible en cada  recepción contra el suelo.

¿Hubo Complicaciones?

Aunque el progreso fue bastante lineal gracias a que fuimos ajustando continuamente la carga dependiendo de cómo viniera cada día, si es verdad que la cicatriz y la inflamación le entorpecía en su día a día como es lógico. Al utilizar zapatos duros, estos le rozaban en la herida. Es un caso bastante normal que se suele dar tras este tipo de operaciones. Aun así se solucionó rápidamente con un cambio de zapatos.

¿Todo el Proceso fué Orientado a la Readaptación de su Tendón?

Claramente no.

Aunque su principal objetivo era readaptarse de su lesión, como bien nos indica el modelo biopsicosocial, no podemos centrarnos exclusivamente en lo BIO (que obviamente es importante), si no que debemos ver a la persona como mucho más y tener en cuenta lo “psicológico” y lo “social”. Ya hablaremos más sobre ello en otro post.

Como dijimos previamente, David se quejaba de su dolor de espalda y en muchas ocasiones llegaba con prisas del trabajo, tras un día bastante estresante. La verdad es que rara vez una persona viene con un solo problema que abordar.

Introducimos bastante trabajo de estabilización central, movilidad torácica, de cadera,…Y además jugamos, le reté en innumerables ocasiones, le expliqué el por qué de su dolor enseñándole que las herramientas para disminuirlo las tenía el en sus propias manos, y por supuesto, no se nos puede olvidar el trabajo metabólico al final de las sesiones.

Una vez que desapareció el dolor completamente y toleró bien el trabajo pliométrico de alto impacto en el plano sagital y frontal, comenzamos a introducir la carrera progresivamente, y aunque tenía una leve molestia debajo del calcáneo que solo le aparecía corriendo en la cinta, sus sensaciones fueron estupendas.

David nos vio por primera vez el 19 de septiembre del 2019 y se despidió agradecidamente el 14 de febrero de 2020. Fue parte activa de su tratamiento en todo momento y se dejó guiar ciegamente por nosotros. Debido a ello en 5 meses y tras una lesión una rotura completa del tendón de Aquiles, David volvió a correr y hacer su día a día, quizás algún día incluso vuelva a jugar al fútbol, pero por ahora para él no es su prioridad. Mientras tanto, ¡a seguir poniéndose fuerte!

Si queréis más información sobre el caso de David, coméntalo abajo y estaremos encantados de responder a tus dudas. Recuerda que aunque distintos casos compartan una misma base, cada persona es única, por lo que cada proceso de readaptación tendrá matices distintos.

Si os ha gustado la breve historia de David coméntanoslo más abajo y subiremos más contenido sobre casos reales que nos encontramos en el centro.