TALALGIA, ¿FASCIOPATÍA, FASCITIS PLANTAR, ESPOLÓN?

 Se denomina talalgia (heel pain syndrome, HPS por sus siglas en inglés) al dolor localizado en la zona del retropié (talón). Es uno de los síndromes dolorosos más habituales del pie. Comúnmente se asocia enseguida con el término “espolón calcáneo” o “fascitis plantar”, pero las patologías que pueden generar una talalgia son muy variadas. Algunos ejemplos:
fascitis

Entesitis, fascitis o fasciopatía plantar:

Consiste en la inflamación de la zona de inserción de la fascia plantar en el tubérculo del calcáneo. La etiología suele ser multifactorial. Es errónea la equivalencia entre los términos “entesitis o fascitis plantar” y “espolón calcáneo”. Este último consiste en la aparición de una exostosis ósea radiológica en la zona de inserción de la fascia plantar y no siempre se correlaciona con la clínica. Se han detectado “espolones” radiológicos en el 15% de las personas asintomáticas. Alrededor del 50 % de los pacientes con fascitis plantar tienen espolón calcáneo, que parece ser la reacción a la estimulación mecánica de la fascia plantar, de manera que el espolón no parece ser la causa directa del dolor, sino un hallazgo radiológico.  El diagnóstico suele ser clínico apoyado mediante un soporte de imagen (ecografía o RMN), aparece dolor en la zona plantar del talón cuando apoya el pie en el suelo. Se pone de manifiesto al apoyar el talón en el suelo después de un período de reposo, especialmente por la mañana y al apoyar por primera vez el pie. La presión sobre la inserción de la fascia plantar con el pie en extensión despierta un dolor punzante. En ocasiones se asocia una bursitis plantar.

Algunos factores predisponentes a sufrir de una fasciopatía plantar, entre otros, pueden ser:

  •             Sobrepeso
  •             Pie cavo o plano
  •             Limitación articular del tobillo en flexión dorsal
  •             Inicio de actividad deportiva intensa (running, trail…)

Síndrome de atrapamiento nervioso:

Atrapamiento de la primera rama del nervio plantar lateral, conocida como neuropatía de Baxter a nivel del conocido como túnel del tarso, en la cara interna del tobillo, representa hasta el 20% de los casos de dolor persistente en retropié (talón), indistinguible en muchas ocasiones del ocasionado por la fascitis plantar o el espolón calcáneo. El diagnóstico se hace habitualmente mediante hallazgos clínicos, como la presencia de parestesias u hormigueo por la zona medial del pie o la aparición de dolor en la palpación del recorrido del nervio. Puede deberse a trastornos biomecánicos, como el pie cavo o plano, así como a mecanismos de compresión directa, como fascitis plantar, masas y/o osteofitos calcáneos entre otros.

Talalgias de origen óseo:

Entre ellas se pueden destacar el edema óseo y las fracturas por estrés en el hueso calcáneo (talón) por microtraumatismos repetidos, muy frecuente en corredores de media/larga distancia, así como la artrosis subastragalina, más frecuentes en personas de avanzada edad y que presentan rigidez del pie y tobillo para adaptarse a terrenos inestables y andar. Ambas deben confirmarse mediante sospecha clínica y obligatoriamente apoyados sobre una prueba de imagen como puede ser la resonancia o la radiografía.

Enfermedad de Sever en niños:

La enfermedad de Sever es una inflamación e irritación de los cartílagos de crecimiento del talón. El cartílago de crecimiento es una capa de cartílago ubicada cerca del extremo de un hueso, que es donde ocurre la mayor parte del crecimiento del hueso. La enfermedad de Sever causa dolor o mayor sensibilidad en uno o ambos talones. También puede causar lo siguiente:

  • inflamación y enrojecimiento en el talón
  • rigidez en el pie al levantarse
  • renguera o caminar de puntillas
  • dolor al presionar el talón por ambos lados

Los síntomas suelen empeorar durante la actividad o después de esta, y mejoran con reposo.

Problemas con la grasa plantar calcánea:

Hay una alteración de la propia estructura de la grasa plantar que nos sirve de almohadilla para el apoyo del pie. Aparece dolor central en el talón y dolor nocturno.

Patologías del complejo Aquíleo:

Entre estas afectaciones se encuentran la tendinopatía del tendón de Aquiles, que consisten en un proceso degenerativo e inflamatorio del tendón que se inserta en el calcáneo (talón) y puede desembocar en dolor en la zona posterior del talón entre otros síntomas. En ocasiones se encuentra también inflamada la bursitis retrocalcánea o poscalcánea, asociado o no a una tendinopatía del tendón de Aquiles.

Normalmente la aparición del dolor en el área del talón suele aparecer con una incidencia mayor en mujeres que en hombres de edad avanzada 45-64 años. Hay algunos factores importantes a tener en cuenta a vigilar para poder identificar la causa del dolor localizado en esta zona. Como son:

  • Intrínsecos: Flexión dorsal limitada, movilidad de la articulación metatarsofalángica reducida, problemas en la almohadilla grasa plantar, pronación excesiva del pie (pie plano) o pie cavo y sobrepeso
  • Extrínsecos: Posición prolongada de pie, calzado inapropiado, dosificación en la carrera,  (running, trail) errores de entrenamiento, lesiones previas de tobillo-pie…
espolón calcáneo

También hay otros factores musculoesqueléticos estáticos y dinámicos que pueden estar incidiendo en una mala biomecánica tanto deportiva como de nuestras actividades básicas de la vida diaria que hacen aumentar nuestras probabilidades de sufrir alguna alteración en el complejo del pie y en este caso, el dolor en el talón: como puede ser una debilidad del tono en la musculatura estabilizadora a nivel de las caderas y del pie que pueden asociarse a factores de riesgo de cara a sufrir una talalgia (debilidad del arco plantar, glútea, rigidez en la musculatura posterior de la pierna, etc…)

Cómo ves hay multitud de patologías y factores asociados que analizar para poder elaborar un diagnóstico certero sobre un dolor en el talón antes de etiquetarlo como fascitis plantar o espolón y tratar algo que originalmente no es la causa de nuestro dolor, por eso la mejor opción es que acudas a un profesional sanitario de referencia para poder explicarte qué está ocurriendo y qué opciones de tratamiento pueden ser la adecuada para tu caso.

¿Qué dice la evidencia sobre el tratamiento?

Parece que la mejor opción a medio y largo plazo, es una combinación de ejercicio terapéutico y técnicas mínimamente invasivas que puede realizar la figura del fisioterapeuta adecuando el tratamiento a tus necesidades individuales. La evidencia de la infiltración es de baja calidad de mejoría a corto, medio y largo plazo

También, en caso de que coexistan factores como una mala biomecánica del pie o un déficit en el apoyo, el uso de soportes plantares (plantillas) previo estudio podológico puede ser nuestra solución para atajar el problema. En resumidas cuentas, en un problema que trae tiempo de evolución, puede que la suma de varios profesionales sanitarios sea la mejor opción de tratamiento si así lo necesitas.

Repetimos que NO HAY UN TRATAMIENTO O TÉCNICA ESTRELLA QUE SEA LA PANACEA, parece que la combinación de varios abordajes, la suma de opciones de tratamiento es lo que aumenta la probabilidad éxito del tratamiento para eliminar tu dolor y conseguir una completa recuperación.

Entrada realizada por nuestro fisioterapeuta Víctor Navarro.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Rodríguez Moreno, J., Isidre, A., & Burdeus, J. M. (2003). Talalgias. Revista Española de Reumatología, 30(9), 499-502.
  • Martin, R. L., Davenport, T. E., Reischl, S. F., McPoil, T. G., Matheson, J. W., Wukich, D. K., … & Godges, J. J. (2014). Heel pain—plantar fasciitis: revision 2014. Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy, 44(11), A1-A33
  • Hossain, M., & Makwana, N. (2011). “Not Plantar Fasciitis”: the differential diagnosis and management of heel pain syndrome. Orthopaedics and trauma, 25(3), 198-206.
  • Lemont, H., Ammirati, K. M., & Usen, N. (2003). Plantar fasciitis: a degenerative process (fasciosis) without inflammation. Journal of the American Podiatric Medical Association, 93(3), 234-237.
  • Riddle, D. L., Pulisic, M., Pidcoe, P., & Johnson, R. E. (2003). Risk factors for plantar fasciitis: a matched case-control study. JBJS, 85(5), 872-877.
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta